jueves, 29 de noviembre de 2012




Una noche de premeditada locura, una estrella se acercó. Me susurro con su tenue
voz: ¿qué quieres?
Las dudas invadieron mi ser. Miles de pensamientos sobrevolaron mi alma
"¿Qué quiero?"
 Evadí su interrogante, y tratando de distraerla, respondí:
¿Me has de cumplir un deseo?
Dulcemente, contestó:
 ¿Es realmente lo que quieres?
Pide lo que desees, 
sólo vivo para ti. 
Tus secretos guardaré,
 tu voz recordaré.
 Mi luz es sólo tuya.
La pureza en su intensión me movió a confesarle mi deseo.
¿Qué quiero?
Te quiero a ti, 
y a tu alma llena de vacíos. 
Sólo a ti, y al misterio de tus ojos.
A tu nombre, y sus letras escondidas.
Lo oculto en tu sonrisa,
 el dulzor de tus manos.
Tu cuerpo junto al mío, la fusión de nuestras auras.
La verdad de tus pupilas, tus besos cuando me plazca.
Te quiero a ti, sólo a ti, estrella del alba.


Recuerdo cuando se fue. 
Y aun más lo que dejó.
Sólo un destello de luz, 
que lentamente se apagó.
En la oscuridad, 
los respiros se consumen.
Sin más que la sinfonía de las estrellas.
Verdades en los cielos, 
en el espectro de los astros.
Con la frialdad de dos soles
y el calor de una luna. 

domingo, 25 de noviembre de 2012

La contradicción, realidades contrapuestas conviviendo.
Temor y valentía, lágrimas y sonrisas.
Cada paso de distinto color.
De líquido a sólido, se evaporan, se condensan.
En un sólo espacio, todo y nada se enfrentan.
Tan frío, tanto calor. Agua y fuego, tan impredecible.
Cambios ocurren al soplar del viento. 
Lleno y vacío, puro y siniestro.
Claro y oscuro, paz y tempestad.
Las mentiras reales y las falsas verdades.
La noche en el día, caos en orden. 

Tú, mar embravecido. Yo, tu reflejo limitado.
Tan cambiante como el oleaje.
Tan impredecible como la dirección del viento.
Todo transcurre en plena tempestad.
Inestable como las luces reflejadas en el anochecer.
Entre ramas, se proyectan en las rocas.
Danzan al ritmo de la brisa cuando ya va a amanecer.
El sol nace, las palabras se ocultan.
Se diluyen los pensamientos.
El sentir de fuego se consume.
Y es la misma brisa, 
la que consigo las cenizas arrastra.
Alejando almas, creando vacíos. 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Con la soledad de catorce mil estrellas.
En la inmensidad de lo profundo.
La inocencia de un suspiro en la noche.
Y en el viento, el ave de alas tornasol.
Escucho tu voz entre las hojas.
Dibujo tu rostro con la sombras de un farol.
Yo que le temo al olvido.
Y tú que le huyes al temor.
La distancia se aproxima, te pintas de otro color.
Colapsas los recuerdos del ayer. 
Te alojas en el horizonte de mi memoria.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Aún no olvido el trazo que quedó dibujado en mi mano.
Y los ojos destilantes de una mezcla tan dulce, como amarga.
Sabios, tus labios, narraban para mi, cuentos de hadas.
Hechizos, amor verdadero, por siempre y para siempre. 
Una bruja malvada y un hada azul, y yo perdida en la luz reflejada en tus pupilas.
Algo de una niña de rojo y una feroz criatura, tus palabras danzaban en el salón.
Iba y volvía, y te mantenías. La bella, la bestia y tu sonrisa.
Decías de un lugar donde las horas no pasan, todo se mantiene intacto.
De pronto, sólo estamos tú y yo, la multitud se difuminó.
Había una vez una historia de dos, un príncipe encantado y su dulce doncella.
Se pierden, y sin buscarse, una y otra vez, se encuentran.
Lo único que se interpone es el temor. Y el final feliz que sólo depende de sus voces.
El canto de un ruiseñor despertó la brisa de aquella mañana,
Y con sus olas, el viento te arrastró hasta mi.
Mis ojos flotaban en el firmamento de tu rostro. Delineando cada rasgo, definiendo el contorno de tu sonrisa. 
Tus palabras difuminadas por el poder tus pupilas.
Ente de paz, de discordia. 
En el silencio, analizo tus gestos, memorizo los movimientos silentes de tus labios.
Y en las noches, los recuerdo. Apaciguo mi corazón sediento. Le trunco la jugada a la soledad,.
En el recuerdo de tu alma, descanso la mía. 

Un día, ya sin sol, regresas a mi. 
Las estrellas revelan la verdad.
Aquellas palabras silenciadas.
Los momentos sin recuerdo.
Las horas no pretenden pasar.
Inmóvil el cuerpo se mantiene.
La mente no para de girar.
En busca de un silencio.
En espera de un estruendo.
Sueño con tus ojos, 
y con tus besos, despierto.
No hay prisa, 
pronto se ha de llegar.
El tiempo no es obstáculo, 
nunca lo fue.
Siempre se supo, 
ahora cuesta aceptar.
Lejos de la ilusión.
Enfrentamos la realidad.
Sujetas mi mano, 
tomó tu corazón.
Almas que se funden, 
del mismo color, se pintan.
En tu rostro, una sonrisa.
En mi alma, tu luz.

Y de vez en cuando, 
se cuela una canción.
Una de esas que hacen resonar
 alguno que otro recuerdo.
Memoria, que ya sea 
bien recibida o no, se recrea.
A otro escenario me transporta,
 me conecta.
Todas las palabras 
dichas o hechas, retornan.
Momentos de locuras, 
sonrisas silentes, 
dolorosas carcajadas,
 lágrimas derramadas.
Sin importar, ahí vuelven,
escucha el ritmo de sus pasos.
Y tal vez, sin quererlo, se mantienen.
Aún no siendo invitadas, se alojan y acomodan.
Y ya terminado el soneto, calladas las líricas.
En mi mente continúa la melodía, 
el vivido eco de pasados instantes

lunes, 12 de noviembre de 2012

Y si no fuese por la luces de cristal, la noche arroparía los caminos de la verdad.
En las veredas donde se ha desvanecido el color, sólo sombras efímeras alumbran el paso.
De pronto, en la sonrisa de tus ojos, te encuentro, me pierdo.
Los caudales de lamento se desvían hacia una dirección lejana.
Alfombras con sonrisas de azucenas el pasar de los días. 
Escondes tras la luna las palabras dulces que tienes para hoy.
El sol derrite un tanto el hielo entre los dos.
Pero son las estrellas las que nuestro encuentro afianzan.
Envuélveme con tu aroma, dibuja un beso en mi piel.
Mientras, en cada rizo y en la inmensa profundidad de tus pupilas me inmerso 

Nos reímos de la realidad,
 triste realidad.
El tiempo se consume a carcajadas.
Nos reímos de la verdad, 
absurda verdad.
Nos corroe a cada gesto,
 nos extinguimos.
Nos reímos de los días,
 días que pasan.
Cada instante se reduce a un recuerdo, vagas memorias.
Nos reímos de la vida, nuestra vida.
Los caminos convergen, 
somos uno parte del otro.
Nos reímos de la risa, insensata risa.
Porque todo pasa, todo termina.
Sólo nuestra felicidad momentánea prevalece.
Al final, cada sonrisa, completa o medias, 
cada mejilla sonrosada, cada instante de ternura
serán las pruebas de que tu nombre estuvo junto al mío.
Tanto lo he deseado, tanto lo he añorado, que no importa lo que venga, se que lo amaré.
En el futuro guardo mis esperanzas.
Las sombras del presente han destrozado mis fuerzas.
Me han mostrado lugares desconocidos.
Espacios que espero no visitar en el mañana.
Ya no quiero estar aquí.
Monstruos corroen mis entrañas.
Se alimentan de mi fe.
Cada vez mas débil se torna mi estructura.
Me cuesta respirar, mis articulaciones se entumecen.
En el frío suelo colapso, esperando que el sol de enero me alumbre.
Y que en una brisa suave, las sombras se evaporen.

Toma mi alma, llévala lejos de aquí, lejos de mi.
Ríos de sal en la ventana.
La lluvia se avecina, siente el aroma.
La tormenta no tarda en llegar.
Es mas, escóndela, guárdala de la luna.
No permitas que la alumbre el sol.
Rayos que calcinan, y su interior profanan.
No la quiero ver sufrir, aléjala de mi.
No la reconoceré, pero no me digas su destino.
Ocultala donde nadie la pueda encontrar, sólo tus ojos.
Ha llegado el momento, sálvala, cuídala.
Ya no es mía, nunca lo fue.
Es sólo tuya y de tus manos, de tu piel.
Tras la aparente libertad están ocultas las cadenas.
Seguidores de nadie, copia de todos.
Repetición de pensamientos sin sentido.
Sociedad de marionetas, sin otro a quien culpar.
Espejos de ilusiones en la retorcida realidad.
Entes sin rumbo, vendidos a la publicidad.
Estereotipos creados por mentes de ficción.
Alquiler de la verdad, juicios de ojos sin alma que reflejar.
Caminando una senda sin mirar.
Guiados por voces que no saben hablar.
La cultura, la actualidad, dictadura comercial.

miércoles, 7 de noviembre de 2012


De nada sirve quedarse varado.
Esperando en un pasado 
que nunca fue.
En las promesas de una sola voz.
Sin eco que las secundaran.
Días que se esfumaron sin ser.
Minutos al viento del ayer.
Sigo mi camino,
 retomo el rumbo.
Lo que no fue,
 si ha de ser, volverá.
Mientras, no miraré atrás.
Veo nuevos paisajes, 
busco nuevas luces.
Los violetas del alba 
me invitan a seguir.
Y en el horizonte, 
visualizó los ojos de la estrella tornasol.
El misterio oculto, la tentación en su voz.
Destello de luz en la oscuridad.
Brisa suave en plena tempestad.
Partes al instante de regresar.
Nube de viento, lluvia de sol.
Ojos de luces intermitentes.
Sombras menguadas en la noche.
Vienes, te vas.
Vuelve, reclama el trozo de ti que has dejado atrás.
Despierta de la realidad.
Sueña nuestro hoy, y quédate en la ilusión.
A mi lado permanece el soneto de tu nombre.
Un leve recuerdo de dos.

Por ti podría caer sin temor al vacío. 
El miedo se ha desvanecido.
En espera de tus brazos me mantengo. 
Indicios de luz se fragmentan en tus ojos.
En la pureza de tu sonrisa.
Tus manos pueden delatar lo que tus pupilas esquivan.
¿Por qué temer, si mi mano te sostendría?
Noble intención oculta tras una mirada perdida en hielo.
En palabras de niño, sabías y claras.
Gestos tan tuyos, tan míos.
Alma de espejo, corazón violeta.
Ya no corras, en el sendero me encontrarás.
El tiempo se congela, y te espero, 
te encuentro, te quiero. 

lunes, 5 de noviembre de 2012


Las flores del ayer me alumbran al despertar.
Devuelve los sonetos de esos días al hoy.
Fugaces instantes de eternas raíces.
La felicidad emanada por la sonrisa en tus ojos.
Realidad o ficción, ya no quiero no saber.
Busco descubrir la mística de tu envolvente.
Y los secretos ocultos por las luces intermitentes.
Sin miedo a caer en la trampa de tus manos de hielo.
Voy creando escenarios con recortes de tu voz.
No te vayas...
Esta vez puede que escuches el silencio. 
Los vacíos en la superficie de la profundidad. 
A una medida distancia me mantienes.
Aún pudiendo ir más allá, 
los límites me lo prohíben.
Invitas al mundo a entrar.
Pero se quedan todos varados en la puerta.
Trato de ver que hay detrás, 
de nada vale, está encubierto.
No brindas espacio, 
no dejas entrar la luz.
¿Cómo me quedó a tu lado, 
si a cada instante me repeles?
Busco tu aura en la oscuridad.
Y sigo sin encontrarte desde aquella vez.
La noche en el día cuando todo se nubló.

sábado, 3 de noviembre de 2012


Don't you worry, Lucy Rose
Luego no preguntes cómo pasó, si te escondes de mis palabras.
Sabiendo que clamo débilmente tu mano, y aún así no me sostienes.
Si te pido compañía, tal vez es porque la necesite.
No suelo buscar, y ahora que lo hago, no te encuentro.
Quizás fuimos lo mismo, pero ya no más.
Para sentirme parte, todo se ha de desapartar. 
Me dejas en la oscuridad, cuando más de tu luz necesito.
Se supone que me conoces, y reconoces la verdad en mis silencios.
Puede que te importe, demuéstralo, creeré.
No le exijas al árbol flores, 
cuando no le diste tiempo de echar raíces.
Apenas fue plantada la semilla,
y ya querías trepar sus ramas.
El sol ni oportunidad tuvo de alumbrar la tierra.
No pretendas que te proteja de sus rayos en el verano.
La paciencia también se cosecha,
al igual que los frutos que esperas.
La pasión insiste y desespera.
El amor se esmera, espera y permanece.

jueves, 1 de noviembre de 2012

El ritmo de la lluvia 
rompe con la inestable melodía del mundo, 
creando una nueva.
Armónico sonido,
el aroma a vida en la ventana trae consigo la brisa.
Días que parecen tardes, 
noches que imitan madrugadas.
Luces en el cielo, 
ecos en el viento, 
manantiales en las calles.
La pasividad de la tormenta envolviendo la ciudad 
y los pensamientos de los vacíos que la llenan.