Estoy sola, rodeada de sombras y voces que no distingo. Asustada, miro a mi alrededor, no reconozco nada. Parece ser un bosque, a cada paso oscurece más. Hace frío y mis pies están descalzos. De pronto, un toque me detiene, un alma atormentada me mira a los ojos, inspecciona mi cara. Me asusto y aturdida me alejo hacia la nada. Escucho el sonido del agua. Me orillo a un lago cristalino que brilla con la luna que, de repente, se empieza a asomar. Me colmo de paz, me hipnotiza la luna, el agua. Sentada en una roca permanezco más tiempo del que siento recordar. De pronto, unos pasos me despiertan de mi sueño lunático, miro hacia atrás. Al principio, no lo reconozco, pero al acercarse lo veo con claridad. Me ve la cara de espanto, de asombro; toma mi rostro en sus manos: tibias y tiernas, y al encontrar sus ojos con los míos, dice con una suave voz: "No te preocupes más, estoy contigo".
Se que voy a quererte sin preguntas, se que vas a quererme sin respuestas. *Mario Benedetti*
jueves, 23 de abril de 2015
Estoy sola, rodeada de sombras y voces que no distingo. Asustada, miro a mi alrededor, no reconozco nada. Parece ser un bosque, a cada paso oscurece más. Hace frío y mis pies están descalzos. De pronto, un toque me detiene, un alma atormentada me mira a los ojos, inspecciona mi cara. Me asusto y aturdida me alejo hacia la nada. Escucho el sonido del agua. Me orillo a un lago cristalino que brilla con la luna que, de repente, se empieza a asomar. Me colmo de paz, me hipnotiza la luna, el agua. Sentada en una roca permanezco más tiempo del que siento recordar. De pronto, unos pasos me despiertan de mi sueño lunático, miro hacia atrás. Al principio, no lo reconozco, pero al acercarse lo veo con claridad. Me ve la cara de espanto, de asombro; toma mi rostro en sus manos: tibias y tiernas, y al encontrar sus ojos con los míos, dice con una suave voz: "No te preocupes más, estoy contigo".
jueves, 16 de abril de 2015
De quién son dueñas mis palabras
esta noche oscura
en la que la tormenta
de gotas ligeras
humedece la ventana
las ventanas de mi alma.
A quién evoco
a quién de su alma me apodero
bajo el resplandor de una luna
que no se deja ver.
Eres tú
puede que
puede que
ser maligno de dulces ayeres
de ti me adueñe
que tu aura esta noche
evoque y robe.
Más no
hoy no te deseo
hoy
en medio del recuerdo que eres
y que no
te olvido.
Otro
del preludio de mis sueños
hoy
esta noche
bajo esta lluvia tersa
que nos empapa
se hará amo.
Otro sin rostro
sin nombre
sin ayer
sin otoño.
Otro
siempre y cuando
amor
no seas tú.
Me retracto, te pertenezco, tuya soy, te soy.
Eres línea, recta, inclinada, de todos los grosores; te he hecho forma, que se cuela tras paredes, que no conoce la noche.
Eres mío, te comparto.
Me eres y lo desconoces, en aquellas palabras fuiste alma y te adopté.
Eres la línea en mi mano, aquel que los astros prometen, del que las predicciones tanto hablan.
Te creo línea, eres de mi forma; te he techo mío, te pertenezco y te soy, línea de mi mano, a quien los astros llaman amor.
jueves, 2 de abril de 2015
Cayendo nuevamente en mi centro, retorno en espiral al círculo gris que me compone, el que soy.
Lo que hay dentro, detrás, lo desconocido que se intuye y me envuelve en lágrimas, en melancolía. Me deshago mientras caigo, me pierdo en el vacío en busca de algo que no sé, que dudo.
De regreso a los eternos instantes que se repiten y juegan con mis voces; seres de antaño, seres perdidos, encontrados. Giro, en picada, vuelvo y no acaba.
Me desplomo, se me ahoga el alma en un suspiro que no termina de salir. Lentamente, me recorre la angustia, me deshago.
¿Qué era lo que buscaba cuando me perdí?
Borrar recuerdos, que ahora coexisten y conviven sin mucha armonía.
En un instante se derrumba lo efímero, y me arrastra.
Yo que habito el vacío, yo que soy un abismo: he tocado fondo, aquí ya no queda nada (o nunca lo hubo).
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