Muero en ti, Cerobit
Se que voy a quererte sin preguntas, se que vas a quererme sin respuestas. *Mario Benedetti*
domingo, 30 de septiembre de 2012
sábado, 29 de septiembre de 2012
Rodeada por seres parlantes.
Sordos a las palabras ajenas.
Hipocresía, ignorancia,
indiferencia e idiotez.
indiferencia e idiotez.
En busca de una conversación,
me topo con puros monólogos.
Mucha gente, pocas almas.
Y aún más bocas que oídos dispuestos.
Cerebros desconectados, corazones perdidos.
Mentes llenas de vacíos.
Ceguera espiritual, fraternal.
Abandono total.
Vendidos por rostros falsos, cuerpos irreales.
Una sociedad de ficción.
De huecas cabezas, y grandes expectativas.
El engaño continuo de los generadores de simulacros.
Y como marionetas, siguiendo el juego de un niño de macabra imaginación.
Con ojos vendados, confiando en la lógica de mentes incoherentes e insensatas.
Querer ser lo que se ve.
Odiar lo que se tiene.
Aceptación y repudio a lo diferente, a lo igual.
El gran paradigma de la existente irrealidad.
Una sociedad de ficción.
De huecas cabezas, y grandes expectativas.
El engaño continuo de los generadores de simulacros.
Y como marionetas, siguiendo el juego de un niño de macabra imaginación.
Con ojos vendados, confiando en la lógica de mentes incoherentes e insensatas.
Querer ser lo que se ve.
Odiar lo que se tiene.
Aceptación y repudio a lo diferente, a lo igual.
El gran paradigma de la existente irrealidad.
sábado, 22 de septiembre de 2012
El todo de nada.
El futuro se muestra tan voluble, tan distante.
En humo se evapora.
Se condensan mis ideas,
se diluyen los miedos junto con los días.
Las horas vuelven a resplandecer.
La luz de la noche me alumbra este instante.
Un instante eterno, sólo mío.
Le roba una sonrisa a la melancólica pena.
La captura, la pinta en un lienzo indestructible.
Y ahí es donde permanecerá, prevalecerá.
El futuro se muestra tan voluble, tan distante.
En humo se evapora.
Se condensan mis ideas,
se diluyen los miedos junto con los días.
Las horas vuelven a resplandecer.
La luz de la noche me alumbra este instante.
Un instante eterno, sólo mío.
Le roba una sonrisa a la melancólica pena.
La captura, la pinta en un lienzo indestructible.
Y ahí es donde permanecerá, prevalecerá.
La tierna frialdad de tus manos me hace olvidar las lágrimas en el tendedero.
Las oblicuas líneas de la realidad retornan la precisa mitad perdida.
El número representante de la exactitud, de mi equilibrado desbalance.
Causante de deseos chocantes, inestables.
Restableciendo la indudable armonía perdida ante su ausencia.
Son tus palabras entrecortadas, tus miradas fugaces, es toda tu esencia.
Son los detalles y la generalidad, la que me confirman que ha de valer la pena luchar.
Las oblicuas líneas de la realidad retornan la precisa mitad perdida.
El número representante de la exactitud, de mi equilibrado desbalance.
Causante de deseos chocantes, inestables.
Restableciendo la indudable armonía perdida ante su ausencia.
Son tus palabras entrecortadas, tus miradas fugaces, es toda tu esencia.
Son los detalles y la generalidad, la que me confirman que ha de valer la pena luchar.
El mundo onírico que siempre se mostró tan difuso.
Los rostros retorcidos, los escenarios indefinidos.
Todo cambia.
Los colores toman sentido, y tu nombre me es repetido.
Innumerables ocasiones en las que mi inconsciente te invoca.
Y con incoherente lógica te recuerda en mis trances nocturnos.
Tus facciones inconfundibles, tus gestos, tú.
Remontando toda realidad fingida a los abstractos lugares que sólo yo soy capaz de visualizar.
Simulacros de vigencia inexacta, de recuerdos memorables.
Momentánea conexión eterna.
Los rostros retorcidos, los escenarios indefinidos.
Todo cambia.
Los colores toman sentido, y tu nombre me es repetido.
Innumerables ocasiones en las que mi inconsciente te invoca.
Y con incoherente lógica te recuerda en mis trances nocturnos.
Tus facciones inconfundibles, tus gestos, tú.
Remontando toda realidad fingida a los abstractos lugares que sólo yo soy capaz de visualizar.
Simulacros de vigencia inexacta, de recuerdos memorables.
Momentánea conexión eterna.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Tal cual un fantasma en la noche oscura.
Desaparecido espectro que alumbra por segundos la penumbra.
Llega y se va sin dejar más que un leve recuerdo.
El tiempo se encargará de esfumar sus huellas, hasta borrarlas por completo.
Con sus ocultos deseos y pulcras virtudes hipnotiza a quienes observan más allá de sus pupilas.
Dejando un difuminado rastro de su esencia en sus almas.
Más todos olvidan fugazmente, se acostumbran a su ausencia en un suspiro.
Desaparecido espectro que alumbra por segundos la penumbra.
Llega y se va sin dejar más que un leve recuerdo.
El tiempo se encargará de esfumar sus huellas, hasta borrarlas por completo.
Con sus ocultos deseos y pulcras virtudes hipnotiza a quienes observan más allá de sus pupilas.
Dejando un difuminado rastro de su esencia en sus almas.
Más todos olvidan fugazmente, se acostumbran a su ausencia en un suspiro.
viernes, 14 de septiembre de 2012
El humo se disipa,
dejando entrever la hora perdida.
En la luz de las sombras queda escrita la noche.
Por sus ojos se esfumaron las tinieblas de la tarde.
Mas sus labios crearon el horizonte más lejano.
Comisuras de un esplendor mágico, tenebroso.
Manos sombrías que apartan los rasgos sedantes de las manecillas.
Las cenizas se apagan, el caos se apacigua.
Y una duda, la duda, permanece.
Un silencio con intensión de ser escuchado.
Una caricia con efectos secundarios.
Un momento de plena pureza.
Un segundo de entrega eterna.
Una mirada convertida en esencia.
Un todo de a poco.
Un sí sostenido, un no olvidado.
Un incremento de latidos.
Una disminución de distancia.
Quizás a ti, sólo a ti
y la simple complejidad de tu
nombre.
martes, 11 de septiembre de 2012
Aún no entiendo la facilidad con la que se sincera un alma con otra totalmente desconocida.
La mórbida frialdad con que se entregan, aún sin predecir ligeramente el futuro.
Símbolos deteriorados por cuerpos insensibles.
La corriente del momento arrasa con las mentes razonables.
Terminan con un silencio ensordecedor, un vacío indestructible.
Promesas perdidas, palabras desperdiciadas.
Al final, nada les importa.
Todo es todo, nada es nada.
La mórbida frialdad con que se entregan, aún sin predecir ligeramente el futuro.
Símbolos deteriorados por cuerpos insensibles.
La corriente del momento arrasa con las mentes razonables.
Terminan con un silencio ensordecedor, un vacío indestructible.
Promesas perdidas, palabras desperdiciadas.
Al final, nada les importa.
Todo es todo, nada es nada.
domingo, 9 de septiembre de 2012
Días de cristal.
De diestra a siniestra arrastra consigo las horas.
Movimientos inciertos envueltos en tensión, desesperación.
Alega ignorancia, finge inocencia.
Todo perdió el sentido, si es que alguna vez lo tuvo.
Y los días se transforman en acertijos por resolver.
Una palabra revela a otra.
Creando un gran remolino de confusión.
Dejando en el centro la verdad inalcanzable.
Derrumbaste el pedestal que tan poco te costó construir.
Con falsas palabras, supuestas acciones, poco a poco, levantaste muros.
En un abrir y cerrar de ojos, ahí estabas, en lo alto.
Mientras más es la altura, más dolorosa es la caída.
Perdiste tanto, por tan poco.
Y en un instante, el suelo fue tu cobija.
Entre rocas, colapsó todo lo que habías creado.
Envolviéndome en decepciones, haciendo trizas mi percepción,
Con falsas palabras, supuestas acciones, poco a poco, levantaste muros.
En un abrir y cerrar de ojos, ahí estabas, en lo alto.
Mientras más es la altura, más dolorosa es la caída.
Perdiste tanto, por tan poco.
Y en un instante, el suelo fue tu cobija.
Entre rocas, colapsó todo lo que habías creado.
Envolviéndome en decepciones, haciendo trizas mi percepción,
Neblina que te esfumas tan rápido como mis latidos al encontrar tus ojos en una gran multitud.
Ya perdí el sentir de las horas. Lejos se encuentra mi noción del tiempo.
Tus ojos me son arrebatados por el minutero. Su triste melodía me recuerda el rostro que jamás poseí. La esencia que no tuve la dicha de percibir.
La rapidez con que te adentraste, y más aún con la que te alejaste.
Dejando en los brazos de la nada, mi alma malherida.
jueves, 6 de septiembre de 2012
Ahora el vago recuerdo de una melodía celestial regresa a mis noches.
En medio de un desierto helado, en plena tempestad.
El viento regresa a mi, las notas de una pieza magistral.
Dulce sinfonía del ayer.
Aquella voz de tenor que me prometí jamás olvidar.
Envolviendo mis más ocultos delirios.
Reavivando las brazas que amenazaban apagarse.
Recreando los hermosos escenarios que se adueñaron de mi alma.
Vuelve a mi, el encantado ruiseñor.
Y retorna consigo su armónico canto.
En medio de un desierto helado, en plena tempestad.
El viento regresa a mi, las notas de una pieza magistral.
Dulce sinfonía del ayer.
Aquella voz de tenor que me prometí jamás olvidar.
Envolviendo mis más ocultos delirios.
Reavivando las brazas que amenazaban apagarse.
Recreando los hermosos escenarios que se adueñaron de mi alma.
Vuelve a mi, el encantado ruiseñor.
Y retorna consigo su armónico canto.
Ese estúpido corazón que entregó todo por nada.
Que por dulces palabras, olvidó las suyas.
Dispuesto a dar aún más de lo que poseía.
Y terminó perdiendo aún más de lo que tenía.
Inocencia o ignorancia, que difícil de descifrar.
Al cabo de nada, ya ni puede respirar.
Su sentir, su último aliento regaló a la nada.
Volviéndose un roto corazón más.
Uno más para la colección de un mundo sin razón,
sin suficiente tiempo o interés para pensar.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Fragmentos de una historia de ficción.
Enredo entre los delirios de un corazón a falta de razón.
Alimentando ilusiones con trozos de verdad.
La solitaria búsqueda de una incógnita, desaparecida solución.
Latidos medidos, besos reservados.
Tristes ojos que observan las horas.
Y falsas sonrisas que esquivan las palabras.
El tiempo transcurre, los días se derriten con sus pasos.
Y mi mala memoria me traiciona, reviviendo cada instante.
Imaginando cada gesto futuro.
Para luego retornar al vacío presente al que me ha condenado.
Enredo entre los delirios de un corazón a falta de razón.
Alimentando ilusiones con trozos de verdad.
La solitaria búsqueda de una incógnita, desaparecida solución.
Latidos medidos, besos reservados.
Tristes ojos que observan las horas.
Y falsas sonrisas que esquivan las palabras.
El tiempo transcurre, los días se derriten con sus pasos.
Y mi mala memoria me traiciona, reviviendo cada instante.
Imaginando cada gesto futuro.
Para luego retornar al vacío presente al que me ha condenado.
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