Y que el amor sea algo más espontáneo que un análisis.
Y que las promesas sean un pocos más consistentes que la neblina.
Que el cambio sea nuestra rutina, y los misterios parte del desayuno.
Que la ira y las mentiras se destruyan con cada amanecer.
Y nuestra esencia no se diluya, no se pierda ni por un buen ataque de realidad.
Y que el "te amo" se aún más que un saludo y despedida.
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