Aún no sé si consagrarte por buen amante, o reconocer la excelencia de tu actuación.
Ilusionista de besos, creador de pasiones de lunas y soles que van quemando astros a su paso desmesurado.
Inversionista de promesas con fecha de caducidad, manipulador de mi fortuna oceánica.
Entre soledades de mares persuadidos, me incitas a naufragar en tus aguas tempestuosas.
Y esta ninfa de inocencia desmedida cae inconsciente en tus olas.
Invitaciones repetitivas al viento para ser compañía en tus profundidades mitológicas, sin sutileza alguna; más no enfrentas, no escuchas el llamado, mi canto al anochecer.
Si lo deseas, insiste; si lo amas, espera.
Puede que tus aguas se muevan al compás del viento.
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