miércoles, 29 de agosto de 2012

surrealphotographs07 360x458 surrealphotographs07¿Y qué son los secretos? 
Verdades que oculta el alma. 
Seguros, albergan en nuestro interior. 
Con fuertes ganas de salir en un desahogo, 
en un suspiro, en un desliz.
Esperando un momento de valentía, 
quizás de estupidez, 
para revelarse al mundo a aquellos que los desconocen.
O en algunos casos, 
a ser escritos para que en tiempos futuros
existan pruebas de su tímida existencia. 

sábado, 25 de agosto de 2012



El reloj marcó las dos.
Olvido mis lamentos, recuerdo mi obsesión. 
Las manecillas se deslizan por la suave superficie del cristal. 
Mientras, un sutil rocío empaña nuestras almas en el cantar de la razón. 
Corre la lluvia, la brisa envuelve con ella cada gota que quiere escapar. 
Y cuando menos fue pensado, una sonrisa fue emanada por sus labios. 
Dulce corazón cubierto de espinas. 
La tensión es disipada por el clamar armónico de una voz celestial. 
Conectando dos mundos de un mismo continente. 

domingo, 19 de agosto de 2012

Días sin sol, 
espejo sin luz.
En la oscuridad, 
el llanto de un alma
se escucha.
Ahogado entre los escombros
de una realidad.
Herido por las sádicas mentiras
de una verdad.
Trozos de esperanza
cubiertos de sangre.
Y en el vacío, 
se oye el retumbar
de unas letras, 
la sinfonía macabra
de un adiós. 

viernes, 10 de agosto de 2012

Mis manos se derriten ante el clamar de una voz armónica.
Mis pupilas pretenden imitar tu corazón.
Puede que mis ojos te esquiven, 
más, ignoras la exhaustiva búsqueda que realizan para encontrarte.
Entre miles de rostros vacíos, te visualizo, me escondo.
Acostumbrame al sonido de tu voz pronunciando mi nombre.
Y créeme, correré a ti sin importar los obstáculos que se interpongan.

 Y sin quererlo, 
he escrito tu nombre en mis venas. 
En el vano intento de borrarlo, más profundo se grabó.
Sin entenderte, he comprendido el secreto de tus pupilas.
Y ahora busco una salida, 
una pócima que reviva tu adolorido corazón
y me libre de tus lágrimas.
El teatro que montas al brindar una sonrisa.
La facilidad con que cae el telón.
Ocultando toda tu esencia. 
No dejas alumbrar la luz del sol, 
ni le muestras tus secretos a la luna.
Víctima de las palabras. 
De una historia confirmada por muchos, 
creada por nadie.
Rumores de un autor anónimo,
redactor de mi llanto.
Entre papeles estrujados 
ha perdido el borrador de mi historia.
Y tratando de reescribirla, 
ha entremezclado la novela de amor con un cuento de terror.
Huyo de mis propias líneas, 
me oculto de mis párrafos.
En mi cuento, donde las hadas se esfumaron, 
dejando sólo ogros y monstruos vagando en letras vacías.
Para siempre y por siempre, refugiada en un continuará. 

lunes, 6 de agosto de 2012

Insisto en crear burbujas en un desierto repleto de cactus. 
Espinas que como cuchillas, explotan en mil gotas las esperanzas de un tal vez.
A sangre fría mutilan mis manos, mi rostro. 
Desgarran mi alma.
Sin escapatoria, sin forma de salir ilesa. 
Y en la oscuridad de la tarde, 
mis sonrisas se marchitan. 
Se extingue mi cuerpo, mi vida se consume. 
El cielo, de pronto, rojo se torna. 
Se escurren las gotas de sangre en el tejado.
Lloran los ángeles por la muerte de un delirio que cobró la razón.
Por una voz amordazada por la cordura.
Besos prestados sin devolución.
Un alma aniquilada por una fingida sonrisa, un sincero adiós.
Y su esencia destrozada por las promesas del ayer. 
Por el después descrito en un ahora que nunca fue.  

sábado, 4 de agosto de 2012

Me sostuve hasta más no poder de la frialdad de tu cuerpo. 
Pero en una brisa cálida de tus ojos, besé el suelo con mis labios.
Sin tener fuerzas para levantarme, clamé tu nombre.
Más no respondiste, sólo tus sombras escucharon mi llamado. 
Sombras que aplastaron mis entrañas en un parpadeo.
Y me dejaron desahuciada, esperando por tus manos. 
Ahora caminas lejos, tu luz ya no sé deja ver en mis sueños.
En la fina cuerda de la duda. 
Escucho la razón, a gritos me obliga a negar tu nombre. 
Ignoro la confusa tormenta que se produce en mi centro. 
Veo tu espectro, finjo olvidar. 
En mi mente, huyo a millas de tu presencia.
Pero duele, la sal de tus lágrimas se transporta a mi alma. 
Ahora que te siento, ya no te entiendo. 
Y aún sin haberte tenido, ya te pierdo, y me pierdo.
En cada mirada extraviada, cada sonrisa forzada.
Me despido de las promesas de un mañana que nunca me alumbró.
Un ocaso que jamás se ocultó, más, nunca se mostró.

miércoles, 1 de agosto de 2012


La lluvia caía en la camisa de fuerza que cubría cada centímetro de su esencia. A través de una pequeña grieta, se crea un escape. Sus ganas de volver a ver la luna le dieron el valor para escalar hacía la salida del abismo donde estaba enterrado. Dejó atrás tormentos y pesares. Ya le era posible disfrutar del dulce olor de la libertad. El amor enjuagó su dolor. Y con la suave piel de sus manos, acarició cada una de las cicatrices que el pasado le propició.    

La neblina se vuelve cada vez más densa. Coordinar miradas se convierte en una aventura de alto riesgo. 
Pasos en falso entre el tenso aire que exhala la alcantarilla de la avenida. 
Las nubes grises se avecinan en el valle tornasol. 
El ocaso pierde su magia, las ninfas se esconden de la tristeza que emana su andar. Temerosas, huyen de su falsa sonrisa. 
Se esconden de la melodía flotante de su voz. 
El oscuro paraíso que se oculta entre los cráteres de la luna.
Ahí fue donde perdí tus ojos. 
Donde tu sonrisa me fue arrebatada por un astro fugaz. 
Ahora es el lugar donde habitan mis penas.
Mis temores y tristezas se trasladaron permanentemente. 
Es donde residen mis esperanzas, mis antiguas alegrías, esas provocadas por tu sentir.
Allí se mantendrán junto a ti, y tu tan dulce y amargo corazón. 
Ahora es cuando las palabras realmente hablan, cada punto cobra sentido. El lucero me ha mostrado al alma que ha gritado en silencio. Seré lumbrera, luz será luz sin importar quien la emane, ni la intensidad con que lo haga. Un rayo de esperanza en tu mar de desilusiones. Serenidad será brindada al alma que ha sufrido tanto, que ha tragado y escondido su amargo llanto. Al corazón herido por los prejuicios de mentes poco claustrofóbicas. Sombras que han oscurecido su andar, y sin temor han roto sus alas.