La cicatriz de tu tristeza quedó trazada en la almohada.
Y en mi piel está marcada la última lágrima que se derramó.
Todo se resume en dos minutos.
La historia, el hola y el adiós.
Nos quedamos aquí varados, sin rumbo ni dirección.
Yo quería palabras que tu silencio no me dio.
Añorabas escucharte, pero el miedo te calló.
Eso creo, pura y mera suposición.
Las frases silenciadas. Las palabras ocultas tras el sol.
Esas fueron las causas de la mutua confusión.
Provocando distancia, te has ido... Adiós.
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