martes, 25 de febrero de 2014



Malditos sean tus ojos que con una tierna mirada, me ofrecieron la pasión de tus labios.
Malditos tus labios, que me mintieron, me robaron el aliento, una y otra vez.
Malditos tu falso amor, tus malditos ¨te quiero¨, tus manos, tu cabello.
Maldito tu recuerdo, que un tiempo puede que no afecte, y quizás, bendiga.
Maldito lo efímero, malditas las promesas.
Maldita tu sonrisa tras la mía, el roce de tus dedos, cada instante junto a ti, en tus brazos.
Maldito el principio, maldito el final.
Malditas las excusas, tu regreso, tu partida.
Maldito el aprecio que aún te tengo y el hecho de que te tendré que recordar.
Maldito seas, porque aún te quiero. 

jueves, 20 de febrero de 2014



Un universo debajo de tu falda. 
Ahí ocultas lo que el cosmo desata.
Entre tus piernas, 
miles de enigmas envueltos,
a la espera de un estallido, 
de una explosión cósmica. 
Cuándo se revelarán los secretos, 
los más puros, los más densos. 
Hasta cuándo estará oculto aquello,
 que incluso tú desconoces.
Ahí, debajo de tu falda.
Todo se oculta, todo se desata. 

domingo, 16 de febrero de 2014

EL DESPERTAR
Alejandra Pizarnik

Señor.
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco 
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios.

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas.
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte 
enseña a vivir a los muertos.

Señor.
El aire me castiga el ser.
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre.

Es el desastre.
Es la hora del vacío no vacío.
Es el instante de poner cerrojo a los labios 
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres 
ahorcados en la nada.

Señor.
Tengo veinte años.
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor.
He consumado mi vida en un instante.
La última inocencia estalló.
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue.

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas 
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final.
Todo continuará igual.
Las sonrisas gastadas.
El interés interesado.
Las preguntas de piedra en piedra.
Las gesticulaciones que remedan amor.
Todo continuará igual.

Pero mis brazos insisten en abrazar el mundo
porque aún no les enseñaron 
que ya es demasiado tarde.

Señor.
Arroja los féretros de mi sangre.
Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana.
Las flores morían en mis manos 
porque la danza salvaje de la alegría 
les destruía el corazón.
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir, ayer
es decir, hace siglos.

Señor.
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas.

Señor.
La jaula se ha vuelto pájaro. 
Qué haré con el miedo. 

martes, 11 de febrero de 2014



Sé que habrán días en que mi recuerdo te arrope, como aquellos momentos en los que entre tus sábanas nos perdimos jugando a querer.
Otros días, extrañarás lo dulce de mis besos, y al oír mi nombre en cualquier esquina, me pensarás.
Sé que no se olvida lo que se quiso, sé que me quisiste lo suficiente como para, de cuando en vez, recordar.
Y así estaremos, cada quien con el recuerdo ajeno, viviendo sin el propio, sin olvidar. 


Le temo a mi alma embravecida, que en un ataque de ira arremeta contra mí.
Que termine con la vida que no es mía ni suya.
Temo, le temo a mi alma que no es mía.
Ella se rige por su instinto de supervivencia suicida.
Ella busca una salida, y si la encuentra con ella me llevará.
Le temo, a mi alma suicida, sólo quiere ser libre.
Libre de este cuerpo que la limita y la hiere.
Quizás no le temo, quizás me temo a mí.
Puede que mi alma, que no es mía, sea más mía de lo que yo soy de mí.

Y al caer la noche, me visitan los fantasmas.
Demonios de un pasado reciente que se niega a ser olvidado.
Sus manos ensangrentadas, repletas de recuerdos, me recortan el aire entre suspiro y llanto.
Esta muerte lenta que no termina de extinguirme, no me lleva con ella ya. 


Un ser dentro y fuera de mí.
Ese que soy y no.
Que responde al ser llamado.
Que calla cuando pretendo sonreír.
Un ser que soy y no.
Que busca mis tristezas y
las repite una y otra vez.
Un ser que llora y agoniza.
Que muere y nace sin yo querer.
Ese que soy y no.
Que no me deja y
me encuentra sin buscar.
Ese que soy y no, y lucha.
Lucha contra lo que soy,
lo que soy y no.