martes, 11 de febrero de 2014



Le temo a mi alma embravecida, que en un ataque de ira arremeta contra mí.
Que termine con la vida que no es mía ni suya.
Temo, le temo a mi alma que no es mía.
Ella se rige por su instinto de supervivencia suicida.
Ella busca una salida, y si la encuentra con ella me llevará.
Le temo, a mi alma suicida, sólo quiere ser libre.
Libre de este cuerpo que la limita y la hiere.
Quizás no le temo, quizás me temo a mí.
Puede que mi alma, que no es mía, sea más mía de lo que yo soy de mí.

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