Eres la copia de un deseo que no se cumple 

y no deseo ver cumplir.

Eres la ilusión de quien quiero que seas,

y por eso deseo no quererte desear, 

no desearte querer.

Eres quien quiero 

y quien quiero no querer. 

Poco queda cuando palabras no quedan.
Cuando han sido reemplazadas por otras.
Se desvanecen, se vuelven aire.
Poco queda, sin forma de recuperar, de remunerar los silencios de estos vacíos, abismos, tumbas.
Almas inanimadas deambulan en la penumbra de un eco mudo.
Poco queda, de dónde se busca lo que no está.
Lo perdido entre mutes repetidos, sujetos obviados, adverbios callados, oraciones incompletas.
Tanto nuevo desconocido, tan pasado que se olvidará, y el presente se ahoga, se ahoga en un suspiro silente, que grita y llora.
También reclama las palabras que no quedan, que nunca nada volverá a ser igual. 

ESTO ES AMOR (Para mis ojos, mi hígado)


Confiar lo suficiente como para callar, como para gritar.
Sin miedos ni dudas de lo que el futuro traiga, de las reacciones provocadas.
Peleas, insultos, mentiras, decepciones y aún así saber que el compromiso es más fuerte que todo.
No temer a las despedidas, sabiendo a plena alma que habrán reencuentros.
Abrir todo rincón, cada puerta y ventana; dejarse habitar, ser recorrido sin ataduras.
Esto es amor, confiar y no temer.
Estar totalmente desnudo y no sentir pudor.
Sentirse, decirse, saberse todo y aún querer estar.
Compromiso, disposición y entrega.
Callar y gritar, eso es amor.
Amor verdadero. 

Es injusto estar atado a quien ha desechado todo recuerdo.
Quien ha afirmado no desear estar más.
Es injusto sentir por quien olvida.
Por quien prosigue dejando todo atrás.
Es injusto amar sin ser amado.
Es injusto no lograr olvidar. 

Ven, destraba mi lengua.
Envuelve mis labios con tus palabras, 
enrédame con la pasión de tus poemas.
Letras puras y sedientas de revolución.
Cuánta ira contenida en tu garganta.
Grítame a besos los cambios que buscas, 
escribe en mi cuerpo las letras ocultas.
Ven, destraba tu lengua.
Hazme girar en tus versos de lamento, 
y descansar en tu dulce prosa.
No tengas clemencia, 
sacia tu deseo de cambiar el mundo en una oración.
Transforma mi alma en tu libreta de apuntes.
Esparce tu tinta en mi interior.
Seré musa, inspiración.
Poeta, destraba tu lengua. 

Me libero.
Me libero de esta vida que no es mía,
de este alma que no existe,
de las mentiras y los desengaños.
Me libero.
Me libero de este mundo que no es mío,
del tiempo que no existe,
del pasado y sus respectivos daños.
Me libero.
Me libero de este cuerpo que no es mío,
del amor que no existe,
y me iré,
me iré lejos sin temor ni resabios.
Me libero. 

El primer beso es siempre el más corto, el más duradero.

El más exquisito, el más sorpresivo.

El más tierno, el más vivo.

El primer beso es el que no se termina,

el que se recuerda en otros besos, otros labios.

El punto de inicio, el punto final.

El acuerdo definido, legal o ilegal.

Un juramento oral, con o sin fecha de caducidad establecida.

El primer beso es eterno, es mágico, es real.

Es ese que jamás se olvida,

aún si con el tiempo se cambian los jugadores,

es el mismo juego, 

y el primer beso: la trampa mortal. 

¿Quién distingue entre lo puro y lo vacío?
¿Que abismo separa algo real, de un beso fingido?
¿Por qué tantas precauciones, tantos avisos?

Todo termina desde el inicio.

Si la pasión nos llama, si el momento lo reclama.
¿Por qué decir no?
Desde el inicio, todo termina.

Todo "hola" conlleva una despedida.
Que se prolonga o se acorta,
pero, al final, lo que inicia se termina. 

Maldito seas por ser causa.

Maldita yo por ser consecuencia.

Pasa el tiempo y nada aminora.

Sólo crece la tristeza, continua la vida.

Malditos los momentos en que se empaña mi

rostro, en los que pierdo el rumbo,

en los que deseo morir.

Maldita la vida que no termina,

maldita la muerte que no viene por mí.

Maldita sea esta soledad que me acompaña,

que no se aleja,

que no me deja respirar.

Ya no quiero depender,

ya no quiero estar.

Me he perdido en mis adentros,

y no son míos,

ya no sé que buscar.

Nada de lo que hago es.

Nada sentido tiene, nada sirve.

NADA ESTÁ BIEN. 

Te espero, 

y a tus mentiras de segunda mano, 

y a los besos gastados que me darás.
Te espero, 
aún cuando Benedetti me afirma 
que nunca vendrás. 
Te espero, 
desespero, 

no hay nadie más por quién esperar. 

Te espero, 
aún sabiendo, aún sintiendo, 
que es verdaderamente inútil esperar.
Te espero, 
pero sé que no debería, 
no eres, en definitiva, de los que miran atrás.
Te espero, 
hoy, quizás mañana, 
o hasta que me canse de esperar. 

Hay un rostro en mi memoria, 

que no logro dibujar.

Unos ojos que me miran, 

unos labios que no puedo besar.

Hay un rostro en mi memoria, 

que no se deja ver jamás.

Unas manos lejanas y frías, 

una sonrisa que no para de brillar.

Hay un rostro en mi memoria, 

que por más que lo intento,

no logro recordar. 

Voces mías, ajenas, prestadas, desconocidas.
Gritan, susurran, murmullan en mi cabeza.
Nunca paran, no cesan, no se callan.
Necesito silencio, lo preciso, lo anhelo.
Escuchar una sola voz sería lo correcto.
¿A cuál escucho? 
¿Cómo silencio las demás?
Enloquezco en una realidad que no es mía, 
no es de nadie. 

Waiting for the End, LINKIN PARK

Se nos acaba el tiempo 

antes de que empiece a pasar.

Cuando menos lo esperas,

ya no es la hora, ya no es el día.

Se destruyen los relojes, 

los muros se pulverizan.

De pronto, los mares se unen, hierven.

"No juegues con fuego en el agua."

Deja atrás el agua, 

adopta tu naturaleza de viento y fuego.

El tiempo se termina y aún no empieza a pasar.

Las horas son fantasmas de tu silencio.

Los muros se calcinan.

Las aguas se han evaporado, sólo quedan cenizas.

El viento sopla fuerte, encendiendo la llama del tiempo.

El tiempo que sin pasar, se nos termina. 

Ya no quiero perderme en los besos de ayer.

Preciso labios nuevos, lenguas desconocidas.

Manos que me muestren nuevos horizontes,

y que exploren conmigo otras fronteras.

Preciso un nuevo amor, uno que me quiera.

Con pasión, con ternura, con paciencia.

Preciso olvidar, y empezar una historia

diferente, más profunda y duradera.