viernes, 6 de junio de 2014


Quizás yo (ya) no creo en la primavera.
Puede que el invierno haya congelado mis entrañas.
Quizás los mejores recuerdos no sean del verano, si no de nuestro otoño, de aquellos besos tibios, de las caricias ocre, de tu sangre con la mía en la oscuridad de un atardecer.
Quizás ya (yo) no creo en la primavera ni en el florecer de los nuevos pistilos.
Puede que en ti muera esta urgencia de conocer, estas ganas de saber cuál es el aroma de tu piel al caer la tarde.
Quizás en ti olvide los besos de ayer, y muera en tu cuerpo florecido.
Quizás no creo, ven y hazme creer en esta dulce primavera que te envuelve.

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