Es que eres primavera, siendo yo invierno.
Y cómo amo tus cálidas brisas
desplazando mis fríos vientos.
El aroma a vida con que inundas mi jardín.
El sol que me brindas, las noches de luna.
La dulce sinfonía de los ruiseñores que te acompañan.
Pero de todo, lo más me cautiva son
tus colores, tus tonos, tus matices.
Vibrantes, tímidos, fuertes y sutiles.
Tu gama de alegría espontanea sobre mis grises.
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