Aquello oculto que no ves,
y a la vista lo que te niegas a creer,
todo presente en el mismo plano.
El reloj ya te ha marcado,
se hace tarde para el ayer.
Ahora crees esas ilusiones,
aquellas mal dibujadas,
vulgarmente aceptadas
como verdades impugnables.
Ya no hay escapatoria
ni escondite alguno.
Para estas horas,
en algún lugar amanece.
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