martes, 30 de julio de 2013





El problema estuvo en pensarlo árbol.
Creer que el colibrí de pronto echaría raíces.
Confundir sus alas con ramas copadas de hojas, no siendo más que el esplendor de su nómada plumaje.
Inútil esperar que estático en la tierra se quedara, cuando tan sólo un instante buscaba descansar.
Descenso y ascenso, un beso y adiós, emprendió vuelo sin miedo ni remordimiento de lo que atrás quedó.

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