Costará seguir, viviendo en la permanente conciencia de la inconsciencia.
Desconociendo el valor pleno de lo eterno.
Estancados en la superficie de un suspiro, admiradores de lo efímero.
¿De qué servirá contestarle a las voces?
No oyen, ya no escuchan, sólo esperan.
Fieles creyentes de nada, seguidores de todo, inundados de vacío.
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