Brutal Hearts, Bedouin Soundclash
Se que voy a quererte sin preguntas, se que vas a quererme sin respuestas. *Mario Benedetti*
miércoles, 26 de agosto de 2015
He muerto y regresado.
He muerto en cada una de mis vidas.
Vidas en cada año, cada etapa.
He muerto a cada amor, a cada tiempo,
que con o sin tiempo se consume.
He muerto, regresado, muerto otra vez.
El ciclo eterno de mi muerte es la vida,
y el espacio entre cada una de ellas.
Vidas que se van y vuelven,
Esperan y retornan con nuevas lunas, diferentes soles,
una lluvia pausada y constante que me persigue hasta la muerte,
todas y cada una.
martes, 25 de agosto de 2015
La desesperación, la melancolía ha partido. Con ella se ha llevado mi inspiración.
¿Dónde se esconden esas palabras si no tras una lágrima que se niega, que se olvidó?
De tanta paz me pierdo, se diluye mi espíritu, cuando no era más mi esencia que la tristeza, y un tono de gris oscuro mi aura.
El dolor ha partido, pero extraño mis palabras, esos diálogos suicidas conmigo misma.
¡Cuán profundos y conmovedores eras aquellos escritos resultados de ventanas inundadas, del vacío de mi alma!
Poco queda en esta paz nula, en esta serenidad tan sosa, pura calma: silente, muda.
Más, quizás la prefiera, prefiero despertar sin sentir que una pesadilla prosigue, el sonreír sin forzarlo,
el poder sentir sin culpa, sin miedo de que se desvanecerá.
Miedo, ya no me asusta despertar.
A cambio de la paz nula he vendido mis ansiedades, mi nostalgia, mis palabras.
¿Dónde se esconden esas palabras si no tras una lágrima que se niega, que se olvidó?
De tanta paz me pierdo, se diluye mi espíritu, cuando no era más mi esencia que la tristeza, y un tono de gris oscuro mi aura.
El dolor ha partido, pero extraño mis palabras, esos diálogos suicidas conmigo misma.
¡Cuán profundos y conmovedores eras aquellos escritos resultados de ventanas inundadas, del vacío de mi alma!
Poco queda en esta paz nula, en esta serenidad tan sosa, pura calma: silente, muda.
Más, quizás la prefiera, prefiero despertar sin sentir que una pesadilla prosigue, el sonreír sin forzarlo,
el poder sentir sin culpa, sin miedo de que se desvanecerá.
Miedo, ya no me asusta despertar.
A cambio de la paz nula he vendido mis ansiedades, mi nostalgia, mis palabras.
No soy yo, eres tú.
¿Quién diría que provocarías tales tormentas?
Es tu alma reflejo, me asusta el miedo mismo.
Me engaño en la mentira de creer en la eternidad.
Me deslumbra la luz que ocultas muy dentro y pretendes ignorar.
Si te digo que te adoro, miento; parece ser algo más.
Dulce es el agobio, irritante es esperar.
Suponer que me acorralas, cuando sabemos que desde siglos atrás era tuya.
Tuya, incompleta.
Tuya, y de otros más.
Pero resultas ser, eres en totalidad y en trozos algo que hace mucho perdí y olvidé.
Alguien que no sabe, y aun así entiende.
Las palabras brotan como agua en fuente, como el fuego que arde, y con y sin intensiones avivas.
Mareas y tormenta eres, mar en calma.
No esperes de mi calma, cuando eres quien ata y desata mi pobre alma embravecida.
¿Quién diría que provocarías tales tormentas?
Es tu alma reflejo, me asusta el miedo mismo.
Me engaño en la mentira de creer en la eternidad.
Me deslumbra la luz que ocultas muy dentro y pretendes ignorar.
Si te digo que te adoro, miento; parece ser algo más.
Dulce es el agobio, irritante es esperar.
Suponer que me acorralas, cuando sabemos que desde siglos atrás era tuya.
Tuya, incompleta.
Tuya, y de otros más.
Pero resultas ser, eres en totalidad y en trozos algo que hace mucho perdí y olvidé.
Alguien que no sabe, y aun así entiende.
Las palabras brotan como agua en fuente, como el fuego que arde, y con y sin intensiones avivas.
Mareas y tormenta eres, mar en calma.
No esperes de mi calma, cuando eres quien ata y desata mi pobre alma embravecida.
Esta puta inocencia, santo libertinaje.
¿A dónde paremos sin nada de equipaje?
¿Será que finges, serás sincero?
Tengo miedo y me aterra, le temo a la verdad.
Anhelo y repudio, amor y odio.
Maldita ilusión que adoro, que detesto.
¿A quién escucho? El ayer me dice no.
El futuro es incierto,
y puede que el ahora me engañe.
Él, ahora, me engañe, quizás.
¿Qué hago? Ya estoy sufriendo.
¿Será que finges, serás sincero?
Tengo miedo y me aterra, le temo a la verdad.
Anhelo y repudio, amor y odio.
Maldita ilusión que adoro, que detesto.
¿A quién escucho? El ayer me dice no.
El futuro es incierto,
y puede que el ahora me engañe.
Él, ahora, me engañe, quizás.
¿Qué hago? Ya estoy sufriendo.
No, no juegues con mi corazón, que aunque no lo admita y parezca lo contrario, le encanta perder y rendirse.
No, no nos tentemos, que bien Benedetti lo advirtió. Es frágil el vínculo, estamos propensos al olvido, al adiós. Dos seres melancólicos, sedientos de amor.
No, no creas que no te quiero, es miedo el freno. No creas que no quiero, pero ¿quieres tú tanto como yo?
Mejor no, no juegues con mi corazón, que aunque fuerte lo veas, la que lleva las de perder soy yo.
El vestigio de tus labios me atormenta.
Maldito el beso que es recuerdo, ayer.
Aclaman mis manos tu piel.
Aquel que es deseo.
Aquel que es nostalgia.
Aquel que olvidé.
Aquel que me extraña.
Incluso a los futuros fantasmas.
Esos que sin morir, acechan.
Caricias dadas: pasadas, anheladas.
Corazón de hielo, memoria mansa.
Deseos al viento, sueños del alma.
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