No, no juegues con mi corazón, que aunque no lo admita y parezca lo contrario, le encanta perder y rendirse.
No, no nos tentemos, que bien Benedetti lo advirtió. Es frágil el vínculo, estamos propensos al olvido, al adiós. Dos seres melancólicos, sedientos de amor.
No, no creas que no te quiero, es miedo el freno. No creas que no quiero, pero ¿quieres tú tanto como yo?
Mejor no, no juegues con mi corazón, que aunque fuerte lo veas, la que lleva las de perder soy yo.
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