triste realidad.
El tiempo se consume a carcajadas.
Nos reímos de la verdad,
absurda verdad.
Nos corroe a cada gesto,
nos extinguimos.
Nos reímos de los días,
días que pasan.
Cada instante se reduce a un recuerdo, vagas memorias.
Nos reímos de la vida, nuestra vida.
Los caminos convergen,
somos uno parte del otro.
Nos reímos de la risa, insensata risa.
Porque todo pasa, todo termina.
Sólo nuestra felicidad momentánea prevalece.
Al final, cada sonrisa, completa o medias,
cada mejilla sonrosada, cada instante de ternura
serán las pruebas de que tu nombre estuvo junto al mío.
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