miércoles, 7 de noviembre de 2012

Por ti podría caer sin temor al vacío. 
El miedo se ha desvanecido.
En espera de tus brazos me mantengo. 
Indicios de luz se fragmentan en tus ojos.
En la pureza de tu sonrisa.
Tus manos pueden delatar lo que tus pupilas esquivan.
¿Por qué temer, si mi mano te sostendría?
Noble intención oculta tras una mirada perdida en hielo.
En palabras de niño, sabías y claras.
Gestos tan tuyos, tan míos.
Alma de espejo, corazón violeta.
Ya no corras, en el sendero me encontrarás.
El tiempo se congela, y te espero, 
te encuentro, te quiero. 

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