sábado, 13 de julio de 2013




Es diferente.
Algo distinto se siente en la brisa de un sábado.
Un aire de paz con sabor amargo.
Un algo y un no-sé-qué de color opaco, 
de áspera sutileza. 
No es quietud, no parece violeta; 
quizá algo menos, de seguro algo más. 
Sin duda, algo diferente, 
algo distinto a todos las demás brisas
que en la semana vienen y van.

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