sábado, 8 de marzo de 2014


Maldito seas por ser causa.
Maldita yo por ser consecuencia.
Pasa el tiempo y nada aminora.
Sólo crece la tristeza, continua la vida.
Malditos los momentos en que se empaña mi
rostro, en los que pierdo el rumbo,
en los que deseo morir.
Maldita la vida que no termina,
maldita la muerte que no viene por mí.
Maldita sea esta soledad que me acompaña,
que no se aleja,
que no me deja respirar.
Ya no quiero depender,
ya no quiero estar.
Me he perdido en mis adentros,
y no son míos,
ya no sé que buscar.
Nada de lo que hago es.
Nada sentido tiene, nada sirve.
NADA ESTÁ BIEN. 

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