miércoles, 4 de marzo de 2015



Puedes, y lo has hecho, ver su cuerpo desnudo, palmar cada curva, cada línea que divide su forma despreocupada. Puedes, lo has hecho ya, has vislumbrado su piel, con o sin luces que la adoren. Puedes y la has recorrido, con tus manos, tus ojos, tus labios. Todo su cuerpo ha sido tuyo.

Pero puedes, me pregunto, ver su alma, lo que oculta su sonrisa, ¿podrías?

¿Lograrías, acaso, ver sus ojos al cerrarlos? Puedes, no lo has hecho, te pierdes en su forma, en el envolvente, en la magia del hechizo puro.

Podrías, si quisiese, si ella lo permitiera, si le mostrases el valor, la agonía, la entrega. Puedes, lo has hecho, ver su cuerpo desnudo, pero su alma... Abre los ojos, ¿puedes?

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