jueves, 4 de octubre de 2012

Un segundo de ira sin explotar.
Un minuto de silencio por mi estabilidad mental.
Una hora de paz por mi bienestar espiritual.
Un día de por medio para ir y regresar.
Una semana de agonía para valorar la felicidad.
Un mes de motivos sin excusar. 
Un año de alegría para recordar.
Una vida de memorias para jamás olvidar.

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