viernes, 10 de agosto de 2012

Mis manos se derriten ante el clamar de una voz armónica.
Mis pupilas pretenden imitar tu corazón.
Puede que mis ojos te esquiven, 
más, ignoras la exhaustiva búsqueda que realizan para encontrarte.
Entre miles de rostros vacíos, te visualizo, me escondo.
Acostumbrame al sonido de tu voz pronunciando mi nombre.
Y créeme, correré a ti sin importar los obstáculos que se interpongan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario