lunes, 10 de diciembre de 2012

Durante el renacer de los astros,
las luces de la tarde meditan en la sonora brisa del recuerdo.
En el funeral del esplendor, el sol llora tu nombre, grita tu esencia.
Detén el llanto de la luna, retórnale la sonrisa que has robado.
La decisión, los pasos, lo lejano.
El placer se oculta detrás del miedo.
Y es que el mundo rota, y tú sigues su trayecto.
Y yo que te espero. Si, aquí y allá, en algún lugar, te espero. 
En mis ojos, tu sonrisa. En mi sonrisa, el recuerdo de tu voz.

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