viernes, 21 de diciembre de 2012

Y ahora las mismas palabras producen eco en otra alma, otra alma vacía.
Y con ellas atas eternamente un corazón para un segundo con su cuerpo.
Acciones sin razón, todo por la pasión satisfacer.
Y así enredas a tu débil presa, le haces creer en un para siempre.
Un mañana que se esfuma en las noches del ayer.
Ojos de niño, labios de diablo.
Con trucos, manipulas el dolor... Se torna en compasión.
Que un día fuiste herido, de ahí las sombras.
Entonces, ya tienes el motivo, la explicación. 
Y por el camino vas, deshojando las azucenas. 

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