martes, 4 de diciembre de 2012

En el amanecer del ocaso, 
nace tu voz en las estrellas.
Tus ojos roban mi alma, 
en tus venas la esconden.
Alma sedienta de tus paradójicas letras.
Ya no hay por que correr, 
descanso en la orilla de tus labios.
Llévame lejos, 
a tu tierra de eternas luces.
Despídete luego, 
mi silencio te aclama.
Tu sol alumbra mis noches, 
me guío por tus astros.
Me envuelvo en tus versos, 
me pierdo en tus palabras.
Y alejados, nos acercamos.
Narra tu historia, 
mi silencio te aclama. 

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