sábado, 3 de noviembre de 2012

Luego no preguntes cómo pasó, si te escondes de mis palabras.
Sabiendo que clamo débilmente tu mano, y aún así no me sostienes.
Si te pido compañía, tal vez es porque la necesite.
No suelo buscar, y ahora que lo hago, no te encuentro.
Quizás fuimos lo mismo, pero ya no más.
Para sentirme parte, todo se ha de desapartar. 
Me dejas en la oscuridad, cuando más de tu luz necesito.
Se supone que me conoces, y reconoces la verdad en mis silencios.
Puede que te importe, demuéstralo, creeré.

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